El ataque se hizo viral en la red. Uno de los agresores documentó la violación de la víctima, quién yacía en el suelo sangrando e inconsciente mientras varias voces presumían su violación.
Todo empezó el pasado 21 de mayo, un viernes por la tarde que una joven tenía planes de asistir a un baile en la favela del Morro da Barão, un lugar no muy lejos de su casa. Su novio de 20 años, jugador de fútbol y miembro de un grupo narcotraficante que domina la comunidad la esperaba allí. La víctima de 16 años sólo recuerda haber llegado al baile y despertar al día siguiente ensangrentada y rodeadas de hombres armados. Pasó varios días desaparecida, hasta que alguien la encontró y la llevó a casa.
Si el comienzo de esta historia ya nos parece barbárico, lo que ocurrió después es insólito. El ataque se hizo viral en internet. Uno de los agresores documentó la violación de la víctima, quien yacía en el suelo sangrando e inconsciente mientras varias voces presumían su violación. El mensaje que acompaña al video es el siguiente: "la joven de 16 años fue drogada y violada por 33 hombres".
El video comenzó a ser compartido en las redes sociales y desencadenó una serie de comentarios. Muchos lo condenan, otros celebran lo ocurrido y hasta culpan a la víctima de lo ocurrido. Incluso la abogada de la víctima pidió salirse del caso pues el responsable del mismo en la Policía cuestionó que se tratase de un acto sexual forzado. "Hay machismo incluso por parte del propio comisario. Él le preguntó si tenía la costumbre de hacer sexo grupal."
Esta historia resulta alarmante en un país en el que cada 72 horas violan a 420 mujeres, lo que se traduce en alrededor de 50,000 al año, según el IPEA (Instituto de Investigación Económica Aplicada de Brasil). Estos casos además representan sólo los que se denuncian a las autoridades, por lo que la cifra podría ser mucho más alta.
Ha sido necesaria la "viralización" de este video para que la sociedad brasileña ya no pueda pasar un día más sin denunciar la cultura de la violación; una cultura que tiende a señalar a la víctima como la culpable y responsable. Miles de brasileñas han tomado las calles para gritar los siguientes mensajes: "no fue una orgía", "se trata de violencia, no de sexo", "el machismo mata" o "cuídense machistas, América Latina va a ser feminista".
Por su parte una organización brasileña ha creado una instalación en la playa que exige a las autoridades que se investiguen los casos y se condene a los culpables. Se busca exponer, señalar y recordar que la víctima NUNCA es culpable en una violación. El fotógrafo, Jose Freitas, bajo el lema "nunca me callaré" ha repetido varios primeros planos en la playa que plasman la angustía que han sufrido (y sufren) las víctimas de abuso.
Tras la violación de esta joven, el Senado brasileño aprobó la semana pasada un proyecto de ley que prevé el aumento de las penas por delitos de violación colectiva, ya que actualmente el Código Penal brasileño establece condenas de entre 6 a 10 años de prisión por violación y hasta 12 años y medio en caso de que la agresión sexual haya sido cometida por más de dos personas. Con el nuevo proyecto de ley aprobado por la Cámara Alta la pena por una violación colectiva aumentaría hasta poco más de los 13 años, aunque la condena podría ser todavía mayor si la víctima es menor de 14 años o fallece después de la agresión.