A las afueras de Damasco, Siria, han construido un parque infantil subterráneo para proteger a los niños de la guerra y los bombardeos.
A las afueras de Damasco, Siria, han construido un parque infantil subterráneo para proteger a los niños de la guerra y los bombardeos. Está compuesto por dos salas que se conectan mediante un túnel, y en él las risas suenan de nuevo. En un mundo en que la destrucción y el miedo ha invadido las calles y en el que los niños han sido privados de su infancia por la supervivencia, Childhood Land, es un espacio necesario.
Fue construido durante 18 meses por voluntarios conscientes de que los más pequeños necesitaban un espacio para escapar (aunque fuera por un rato) del conflicto, y el fotógrafo de esta serie, Mohammed Badra, lo descubrió cuando estaba de voluntario en el país.
"Muchos niños han sufrido por la guerra Siria, hay demasiados problemas psicológicos" revela Badra al medio TIME. "El arquitecto del parque, Yassen, dijo que ya que no le pueden dar a los niños alimento o dulces, pueden darles un poco de felicidad.
"A todos los niños sirios les ha afectado la guerra. Creo que es muy importante para ellos. Lo considero como un hospital del espíritu", continúa Badra. "Además, este espacio ayuda a también a los padres. Ver a sus hijos sonriendo es algo que necesitan en sus vidas."
Para el fotógrafo hablar sobre este espacio es la oportunidad perfecta para mostrar una cara distinta a esta crisis; una donde la muerte no es la protagonista.
"Realmente quiero tomar más fotos de la vida cotidiana en Siria. Aquí no hay sólo heridos. Después de varias masacres, creo que una foto de un niño sonriendo o pasándolo bien es una gran imagen a ver. Es algo muy valioso."
Fuente: Time
Crédito de fotos: Mohammed Badra