¿Es posible que el matrimonio de una niña de 11 años con unhombre adulto se convierta en cualquier cosa que no sea unapesadilla? La historia de Desitaye, una niña etíope de la región de Amhara, podría haber sido justamente eso. Sin embargo, cuatroaños después de su boda con Adissu, porta una sonrisa en elrostro: aprendió a quererlo. La fotógrafa Stephanie Sinclair hapasado nueve años investigando y capturando las vidas ocultasde las novias infantiles en muchos países. Aquí, Desitaye comparte el viaje a convertirse en la esposa y la madre adolescente que es hoy.
La provincia de Amhara está Lcubierta de hermosas colinas verdes. Su ubicación remota, al norte de Etiopía, mantiene profundamente arraigadas las tradiciones. Eso podría explicar por qué esta zona tiene uno de los índices más altos de matrimonio infantil en el mundo: 56 por ciento de las niñas se casan antes de su cumpleaños número 15. Y, de acuerdo con una encuesta de 2007 de la UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas), la mayoría de ellas no habían empezado a menstruar cuando llegaron al matrimonio.
Desitaye rechazó varias propuestas matrimoniales antes de aceptar la de Addisu: en febrero de 2008, este sacerdote ortodoxo de 23 años, granjero y futuro hombre de negocios, llegó a recogerla a su pueblo. Cuando comenzó la celebración, la niña de 11 años empezó a preocuparse: ?Tenía que dejar mi familia e irme?, recuerda, ?y me iba con gente que no conocía… Tenía miedo porque éste era mi esposo y no podía hacer nada al respecto…?.
La vida de casada comenzó literalmente un año después, a los 12. Su esposo aceptó una condición inusual: le dio una prórroga antes de iniciar su vida como una mujer ?adulta?. En varios países, los recuentos de las novias infantiles sobre sus experiencias sexuales conllevan muchas lágrimas y sufrimiento. ?Le rogué que se detuviera, lloré y lloré…?. Noche tras noche, muchas de estas niñas casadas soportan violencia sexual.
?Cuando se hace de noche?, confiesa una, ?me empiezo a preocupar porque pienso que me hará sufrir de nuevo?.
Otras dicen que tienen ganas de morir: ?Esto me mató por dentro, la vida se ha vuelto insignificante?.
Éste no es el caso de Desitaye. Lo único que dice de su primer encuentro sexual es: ?Experimenté cosas que no conocía?. Tres años más tarde, su vida no ha quedado destruida, no se siente ?muerta por dentro? y, más bien, parece fuerte y segura de sí misma. Resultaque su esposo, Addisu, la trata bien y a ella le gusta: ?Confío en él, es bueno?.
Para la mayoría de las adolescentes y preadolescentes que se convierten en esposas, el matrimonio significa quedarse sin diversión y juegos, sin amigos y, definitivamente, sin ir a la escuela. El matrimonio detiene abruptamente la educación de las niñas.
A Desitaye le encantaba ir a la escuela: los grupos de teatro, los juegos de futbol, el aprendizaje… Le gustaba todo.
Rechazó varias propuestas de matrimonio hasta que conoció a un hombre que aceptaría el deseo suyo y de sus padres de que, una vez casada, seguiría asistiendo a la escuela. Addisu aceptó, lo cual fue poco común, pero Desitaye no estaba segura de que cumpliría su promesa (las niñas como ella no suelen confiar en los hombres mayores). Pero cumplió su palabra.
?Tanto Addisu como yo?, explica, ?sabemos lo útil que es la educación?. Pero para la mujer casada de 12 años ir a la escuela presentó nuevos retos: ?En los pueblos?, explica, ?la gente ve esto como algo malo. Se reían de mí por ir a la escuela. Me hacían enojar y a veces lloraba. Pero sentía que si seguía aprendiendo era por mi propio bien, así que traté de ignorarlos?.
Donde sea que estés en el mundo, conseguir una educación mientras estés casada significa hacer algunos malabares.
Pero en estos pueblos etíopes hay mucho más que hacer. No existe la elección entre la opción de lana o algodón en la lavadora de ropa, el ciclo corto o largo en la lavadora de trastes. No hay un botón que voltear para encender el horno: el primer paso para preparar una comida involucra salir a recolectar leña.
?Fue muy difícil?, dice Desitaye. Antes de ir a la escuela tenía que hacer todo el trabajo de la casa muy rápidamente.
Si no había una salsa para la comida, tenía que regresar y cocinar. Si no había injera ?el pan tradicional etíope?, tenía que volver a casa y hornearlo. ?Cuando tienes un hogar, la familia ya no te cuida, eres la única a cargo?.
Y después llega el bebé… Los matrimonios infantiles generalmente no están asociados a un anticonceptivo antes de que nazca el primer hijo: la pareja debe demostrar rápidamente su fertilidad. Pero Desitaye no quería tener un hijo de inmediato. La presión de los miembros de la familia y la gente del pueblo fue muy fuerte y, aunque Addisu aceptó esperar un poco, aún quería tener un hijo. ?Addisu me dijo que tuviera un bebé?, dice, ?y yo le decía que no porque tendría que dejar la escuela. Pero me dijo que podría regresar después de tenerlo…?.
Su primer hijo ?un niño? nació en enero de 2012, casi cuatro años después de su boda. Para entonces tenía 15 años, tan sólo una mejoría pequeña, pero una que podría haber significado la diferencia entre la vida y la muerte. ?Ahora que tengo al bebé?, dice, ?no puedo hacer nada, mi educación se ha detenido hasta que mi hijo esté más fuerte. Y entonces regresaré a la escuela. Pero, por ahora, me siento triste porque he dejado de aprender…?. ¿Regresar a la escuela? Tal vez lo hará, tal vez no. Pero para cuando su primer hijo sea suficientemente fuerte podría estar embarazada de un segundo hijo. ¿Otro bebé? A su esposo Addisu no le importa esperar, aunque su iglesia no esté de acuerdo. ¿Ella se convertirá en doctora, su sueño cuando era niña? Es poco probable porque él desea convertirse en empresario y siente que su esposa podría ser de gran ayuda para su negocio. Por ahora, Desitaye está acostumbrándose a tener un bebé que gatea en el piso de tierra mientras ella cocina la cena. ?Lo difícil es que el bebé podría llorar en cualquier momento mientras estás cocinando u horneando.
Tienes que dejar todo eso y atender al bebé. Y entonces lo que estabas haciendo ya no lo puedes terminar porque tu atención está en el niño?. Tiene tan sólo 15 años y ya está aprendiendo a ser la diosa de seis brazos.
Las novias adolescentes generalmente saben muy poco de lo que les sucede a ellas y a su cuerpo, desde los detalles de la noche de bodas hasta los métodos anticonceptivos o las experiencias del embarazo y el parto. ¿Es información demasiado fuerte para que las madres la compartan con sus hijas? A Desitaye la tomaron por sorpresa las contracciones, no podía creer que ya venía el bebé.
?Empezó en la noche cuando me acababa de dormir… Fue como luchar con la vida, sentí que tenía que ir al baño, pero no salía nada?. No tenía información ni preparación para el proceso y escondió sus dolores de parto de su familia hasta que se salieron de su control. Dio a luz en la mañana y cuando describe la noche del parto habla de los dolores como si se tratara de una enfermedad: ?Estuve enferma toda la noche?, dice.
Tampoco entendía qué sucedía cuando sufrió una hemorragia justo después dedar a luz: ?La sangre fluía, había mucha.
En el quinto día, estaba temblando, no podía ni levantarme…?. Ahí fue cuando finalmente llevaron a Desitaye al hospital. Por fortuna, después de cinco días de sangrado, aún pudieron salvarla: la hemorragia se detuvo y ella y el bebé regresaron a casa con buena salud. Las complicaciones en el embarazo y el parto son dos de las mayores causas de muerte para las mujeres en países en vías de desarrollo. Y aquéllas entre 10 y 14 años de edad tienen una posibilidad cinco veces mayor de morir que las mujeres entre 20 y 24 años.
Nancy Durrell McKinna se ha dedicado durante muchos años a llevar información a mujeres en países en vías de desarrollo después de crear lafundación Safe Hands for Mothers (Manos Seguras para las Madres). Su meta es ayudar a reducir la mortalidad por causas relacionadas con el embarazo.
En países como Etiopía, ella piensa que el conocimiento debe ser compartido a través de imágenes, no de palabras: ésa es la razón por la cual se ha especializado en producir películas didácticas. Además, confeccionó una pequeña mochila que incluye un panel solar, una pantalla de televisión y un reproductor de DVD.
Con este equipo, las trabajadoras sociales pueden ir a cualquier lugar, por remoto que sea, para educar a las mujeres sobre sus cuerpos. ?La información es clave en el tema de las novias adolescentes?, dice, ?porque las madres no hablan con sus hijas. ¡Eso las horroriza!?.
Hay muchos motivos para detener los matrimonios infantiles. Pero, aunque se han aprobado leyes en muchos países que prohíben el matrimonio entre menores de 18 años, aún hay ?de acuerdo con el último reporte de la UNFPA? aproximadamente cinco millones de niñas menores de 15 años (14.6 millones menores de 18) que se casan cada año en países en vías de desarrollo (excepto China). Si las cosas no cambian pronto, habrá alrededor de 50 millones de niñas menores de 15 años (142 millones de menos de 18) que en la próxima década pasarán por las complicaciones del matrimonio infantil. El progreso ha llegado a muchos países, como Bangladesh e India, donde el número de matrimonios infantiles ha disminuido, particularmente en el grupo de chicas menores de 15 años.
Esta vieja tradición patriarcal ?fomentada por el anhelo de los padres de proteger la virginidad de su hija, la pobreza y el deseo de los esposos de controlar a sus mujeres? no puede ser borrada fácilmente. La historia de Desitaye arroja un poco de luz sobre qué puede mitigar las dificultades que deben soportar estas chicas. Su historia es excepcional, ya que es una de las suertudas: su esposo es un sacerdote con valores morales, su familia la ha apoyado con una educación y su carácter parece ser bastante resistente. Como resultado, ha logrado tener su propia voz en el hogar y no duda al declarar que no está de acuerdo con los patrones de matrimonio comunes. ?Cuando ni la chica ni el hombre tienen una educación, él tratará de ser superior y hacerla inferior a ella. El hombre será el jefe.
Pero si tienes educación, sabrás que debe haber igualdad…?. Desitaye claramente está trabajando hacia lo que ella llama ?un buen destino?.
Una fotógrafa levanta elvelo sobre el tema de los matrimonios infantiles
Todo comenzó en 2003, cuando la fotógrafa de VII Agency Stephanie Sinclair trabajaba en Afganistán y tomó fotografías a mujeres que se habían inmolado a sí mismas. Después de hablar con ellas y sus familias, se dio cuenta de que la mayoría habían sido obligadas a casarse cuando eran niñas, de los nueve años de edad en adelante. Descubrió su soledad, su desesperación y su sufrimiento. Tras esta experiencia, viajó a otros países y se dio cuenta de que el fenómeno del matrimonio infantil, que suele ser descrito como una ?tradición?, se esconde cuidadosamente del ojo público, pero en realidad es tan brutal como común.
Conoció a muchas chicas desesperadas que no se inmolaron, pero habían decidido huir de sus pueblos. Esto no les salvó la vida, ya que la mayoría se habían convertido en prostitutas en las ciudades y habían descubierto otro tipo de miseria. Para Stephanie Sinclair esto se convirtió en una cruzada: visitó en varias ocasiones países como Yemen, Etiopía, India, Nepal y Afganistán para documentar la situación de las novias adolescentes en Asia y África.
A través de sus viajes, conoció a muchas personas valientes, hombres y mujeres que se oponen a esta tradición. También conoció a algunos funcionarios que querían salvar a estas niñas, como una policía en Afganistán, Malai Kakar, que se esforzó para evitar el matrimonio infantil. Esto obviamente iba en contra de la ley talibán y hace dos años fue asesinada. También conoció a una niña excepcional de 10 años quien, con la ayuda de su abogado, se convirtió hace tres años en la primera novia infantil en Yemen en conseguir el derecho al divorcio.
Finalmente, ¡ya no es Una práctica aceptable!
El doctor Babatunde Osotimehin, médico y experto en salud pública, es el director ejecutivo del UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas). En los últimos dos años ha intensificado los esfuerzos del Fondo para promover una mejor salud sexual y reproductiva entre los jóvenes a nivel mundial. Está detrás de la campaña
Demasiado Jóvenes para Casarse, lanzada en la sede de la ONU, en Nueva York, el 11 de octubre de 2012. En esa fecha, el UNFPA se comprometió a invertir 20 millones de dólares adicionales a lo largo de los siguientes cinco años para terminar con los matrimonios infantiles en el mundo. Las fundaciones de Ford, MasterCard y MacArthur, así como varios donadores anónimos, también invertirán dinero para llegar a un total de 100 millones de dólares.
El tema de los matrimonios adolescentes no es nada nuevo. ¿por qué le dieron más importancia ahora?
Hemos seguido este tema desde la Conferencia de Población de El Cairo en 1994, pero lo que ha hecho resaltar este asunto es que la Asamblea General de la ONU decidió que el 11 de octubre sería el Día Internacional de la Niña. Este primer año decidimos enfocarnos en los matrimonios infantiles, pues pensamos que ya no es una práctica aceptable.
¿Las cosas han cambiado desde 1994?
Se adoptaron leyes en 158 países que prohíben el matrimonio entre niños y niñas menores de 18 años. Un gran número de países no han seguido la pauta y otros siguen tolerando esta práctica.
Desde 1994 hemos visto un mayor acceso a la educación primaria para las niñas, y esto es un gran progreso. Pero, por supuesto, no es suficiente. Las niñas de todo el mundo también necesitan acceso a la educación secundaria. Actualmente, hacemos mucho por mejorar las vidas de las niñas casadas. Nos ha ido bien en algunas partes de Etiopía mediante el programa Luz de Eva, en el cual las niñas adquieren habilidades prácticas, conocimiento sobre su salud y derechos reproductivos. Promovemos la educación para aquellas que ya son esposas y construimos el apoyo de la comunidad.
También hemos desarrollado una asociación con la Iglesia Ortodoxa de Etiopía para que los padres ya no bendigan los matrimonios infantiles. En Nigeria ?donde el número de matrimonios infantiles es bastante alto? nos hemos asociado con líderes de la comunidad y ahora 44 por ciento de las niñas casadas tiene acceso a planificación familiar.
Tenemos entendido que es muy difícil comenzar la planificación familiar antes de que tengan al primer hijo. Es cierto, es muy difícil. El paso más importante es realmente convencer a las familias de que no casen a sus hijos antes de los 18 años.
Una vez que están casados es difícil desalentarlos de tener hijos. Tenemos que prevenir el matrimonio de niños y desarrollar la educación secundaria.
También tenemos que hablar sobre el estatus de las mujeres. Si estas mujeres son valoradas y hay igualdad de géneros, el problema del matrimonio infantil desaparecerá rápidamente.
¿La tradición del matrimonio infantil está ligada a la religión?
Es cultural, no es religiosa. Se ha logrado progreso en Etiopía (donde la mayoría son cristianos), en India (donde el hinduismo es la religión número uno) y en varios países musulmanes como Nigeria y Bangladesh. Definitivamente, no se habla del matrimonio infantil en el Corán.
Prevenir que 14 millones de niñas menoresde 18 años se casen cada año es una tarea enorme. ¿cómo van a lograrla?
Por ahora, nos estamos enfocando en los países con los mayores índices de matrimonio infantil. Mientras avancemosy obtengamos mayor atención podremos atraer más dinero. Todos en los países en vías de desarrollo deben entender que si permiten que las niñas maduren, podrán tomar mejores decisiones, sus hijos tendrán una mayor oportunidad de sobrevivir y podrán contribuir con mayor eficiencia a la comunidad.