Miles de niñas han sido liberadas, pero todavía existe una importante cifra de menores que son retenidas como sirvientas de familias poderosas.
Cada enero se lleva a acabo el Festival de Maghi en Nepal, durante el cual miles de niñas -a partir de los 6 años- son vendidas por sus padres en un desesperado intento de ofrecerles una vida mejor.
El futuro de estas niñas conocidas como Kamlari, tiene un precio de 20 y 60 dólares y son compradas por familias millonarias que viven cerca de la zona, quienes a cambio de alimento, ropa y educación, les hacen trabajar como sirvientas.
Lamentablemtente, la promesa de recibir una vida mejor se pierde al ser mal alimentadas, dormir poco y en el piso, ser privadas de una educación y ser obligadas a trabajar en arduas tareas domésticas.
Este sistema moderno de esclavitud se originó en los años cincuenta, en el suroeste de Nepal, cuando la pobreza alcanzó a la etnia tharu -quienes habían habitado esa región durante años- y las personas se vieron forzadas a vender a sus hijas al mejor postor con la finalidad de poder subsitir. Dicha tradición, fue permitida legalmente hasta hace unos años.
A pesar de que en 2013 el sistema Kalmari fue abolido por el gobierno nepalí, el cual se comprometió a castigar a cualquier cómplice del tráfico de menores, han sido pocos quienes han tenido que pagar algún tipo de sentencia por este delito.
Por su parte, con la ayuda de diferentes ONG se ha logrado liberar a miles de menores, pero todavía existen alrededor de 300 niñas cautivas.
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