Una nueva forma de protesta del mal trato de la mujer surge en Irak: prenderse en fuego.
El 8 de marzo, mientras el mundo celebraba el Día Internacional de la Mujer para reconocer el progreso en cuanto a derechos femeninos, dos mujeres iraquíes decidieron terminar con sus vidas de forma dramática: consumiéndose en fuego.
La autoinmolación es una forma de protesta conocida en Oriente Medio, desde Egipto hasta Pakistán, sin embargo, se ha vuelto alarmantemente común en la región de Kurdistán, al norte de Irak. Algunos registros estiman que el número de casos relacionados con este tipo de prácticas asciende a diez mil mujeres, incluyendo niñas hasta de 13 años, desde que la zona obtuvo su autonomía en 1991.
Las sobrevivientes explican que la razón de fondo yace en sus tradicionales matrimonios arreglados, pues generalmente estos compromisos son establecidos desde el nacimiento. Muchas de ellas también han sido víctimas de agresión por parte de padres, maridos o parientes. Los feminicidios honoríficos, llevados a cabo por hombres de la misma familia, siguen estando a la orden del día muy a pesar de las leyes que buscan proteger a la mujer, evitando que estas puedan ver a sus propios consanguíneo o miembros del clan como protectores, pues en cualquier momento pueden atacarlas.
Así, incapaces de dejar a una pareja abusiva por miedo a experimentar las terribles consecuencias y sin el apoyo gubernamental necesario, estas ciudadanas recurren al suicidio. Casi todas las pérdidas mencionadas han sucedido en casa, donde el acceso a líquidos inflamables como el queroseno es fácil y la notoriedad del método como una declaración pública de sufrimiento adquiere mayor resonancia. En caso de fallar, lo más probable es que vuelvan a intentarlo dentro de cuatro o cinco días.
Desafortunadamente, sólo existen dos refugios para mujeres en la región y no cuentan con la infraestructura suficiente, además de que la falta de entrenamiento por parte de los servicios de protección es mínima, siendo esporádicas las ocasiones en que las afectadas son redirigidas a espacios seguros. Por lo tanto, mientras no se cree debate público y una verdadera toma de conciencia con respecto a la persecución de crímenes honoríficos y casos de violencia doméstica, las dolorosas tasas de autoinmolación en Kurdistán no disminuirán en un futuro cercano.