Cuando una serie de eventos tra?gicos golpeo? a este pueblo, encaminado hacia la gracia espiritual, surgieron grandes cuestionamientos. Tras la tormenta, llego? una calma dolorosa que busca sanar con el tiempo.
Los menonitas han procurado tener una vida discreta, dedicada e inspirada religiosamente. Son conocidos por sus enlaces no violentos.
Manitoba esta? localizada a 152 kilo?metros al noreste de la ciudad de Santa Cruz, Bolivia, con una poblacio?n de 3 mil habitantes, aproximadamente. Carretas tiradas por caballos, granjas con el ce?sped podado minuciosamente y campos plantados hacia el horizonte con soya y sorgo. Los menonitas han procurado tener una vida discreta, dedicada e inspirada religiosamente. Son conocidos por sus enlaces no violentos. Sus caracteri?sticas europeas y prendas distintivas los separan del resto de los bolivianos.
Los menonitas se establecieron en las tierras del este de Bolivia hace ma?s de 50 an?os. Proveni?an de grupos menonitas de Canada?, Rusia, Me?xico, Belice y Paraguay, en busca de una vida mejor.
Viven de manera simple, visten sencillamente y se rehu?san a disfrutar de las comodidades modernas. Su legado ideolo?gico se remonta a un predicador europeo del siglo XVI llamado Menno Simons, cuyos seguidores fueron conocidos como menonitas. Hoy, alrededor de 60 mil menonitas llaman a Bolivia su hogar. Sus colonias son amplias porciones de tierra condonadas por el Gobierno boliviano. Ahi? es donde viven y trabajan, cobijados por la promesa gubernamental de libertad de culto, exencio?n del servicio militar y el privilegio de dirigir sus propias escuelas.
Estas ima?genes capturan a los menonitas de Manitoba en su vida diaria, ahora batallando para borrar un amargo pasado reciente y continuando con sus actividades, separados del mundo exterior.