Las selfies y su relación con las cirugías estéticas. Mucha gente opta por algún procedimiento estético con el fin de salir mejor en fotos.
Millones de personas alrededor del mundo invaden a diario Instagram con innumerables selfies, esas afamadas fotos tomadas por uno mismo.
Podría decirse que ‘medimos’ nuestra popularidad en las redes sociales según el número de likes y comentarios que tengamos. Sin embargo, no todo queda ahí pues algunos cirujanos plásticos aseguran que esta práctica podría tener una relación muy estrecha con el aumento de la demanda de las cirugías estéticas, sobre todo en Estados Unidos y especialmente entre mujeres.
Quizá ahora estamos más pendientes de nuestra imagen al hacerla pública y al compartirla con nuestros seguidores, pero no cabe duda que ahora que la moda de las selfies triunfa en Internet, las clínicas estéticas tienen más trabajo y más demanda que hace un par de años.
Una encuesta de la Academia Estadounidense de Cirugía Plástica Facial y Reconstructiva realizada a 2 mil 700 clínicas, apunta que ha aumentado un 25% de la media de todos los tratamientos de cirugía estética. En particular, menciona que hubo un aumento de 10% en las rinoplastias, un alza de un 7% en trasplantes de pelo y un aumento de un 6% en procedimientos relaciones con los párpados. ¿Coincidencia?
Los médicos afirman que esta obsesión por una ‘imagen perfecta’ tiene como raíz las fotografías que los usuarios se realizan a sí mismos y que son esas mismas las que enseñan en las consultas para demostrar sus grandes ‘defectos‘.
"Vienen con sus teléfonos y me muestran sus fotografías", dijo Sam Rizkm, cirujano plástico quien tiene una clínica en Manhattan.
Este fenómeno no sólo tiene relación con las cirugías estéticas, sino que también puede acarrear trastornos alimenticios y baja autoestima, problemas característicos de los adolescentes, uno de los sectores más recurrentes a las selfies.
Aunque todavía no hay datos ni cifras que aseguren que este problema atañe a México y Latinoamérica, es bien sabido que cualquier moda que nace en los Estados Unidos, invade al mundo entero. ¿Seremos víctimas de este ‘capricho’?