Con motivo del Día del Niño, seis familias separadas por la frontera pudieron reunirse por unos cuantos minutos.
Miles son las historias de los inmigrantes que anhelando un futuro mejor deciden abandonar su país y buscar la prosperidad en el extranjero. Entre estas historias, suele haber un factor común: la separación inevitable de padres, hijos y familias enteras, y existen historias tan desgarradoras como la de Gabriela Esparza, de 25 años y su madre, María del Carmen, quienes este sábado, pudieron abrazarse durante tres minutos después de seis años de tener una frontera de por medio.
Ellas, junto con otras 6 familias, fueron las afortunadas que pudieron reunirse en la puerta de emergencia de la valla entre San Diego y Tijuana.
Gabriela, según ha compartido la BBC, vive en San Diego desde hace seis años. Ella se fue a Estados Unidos a buscar una vida mejor, y a pesar de que afirma estar feliz en el país que la acogió, ya que entró de manera ilegal al país pero era niña, se ha visto beneficiada del programa DACA, mismo que le permite continuar en el país durante un periodo de dos años sujetos a renovación, pero no puede viajar a México, donde viven su mamá y hermanas. A pesar de las constantes llamadas por teléfono y mensajes, y de que de vez en cuando se ven a través de la verja, no se habían podido tocar en seis años.
Con motivo del Día del Niño, la Patrulla Fronteriza abrió la única puerta de emergenciaque hay en el muro que separa a ambos países, y aunque sólo fue por unos minutos, los encuentros fueron tan emotivos que ni los guardias pudieron contener las lágrimas.
Sin duda una gran manera de sensibilizarnos y de resaltar que la idea de Trump de construir un muro que separe por completo a México de Estados Unidos afectaría a miles.
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