Por Marie Claire @marieclaire_la
Muy pocas personas conocen a Morgana Le Fay, una de las mujeres más poderosas de todos los tiempos.
Las Historias míticas que nos hablan de lugares idílicos y donde había batallas por temas de honor siguen capturando nuestra imaginación cuando las vemos.
Hay una leyenda que es la estrella en estos temas: la del rey Arturo y sus caballeros de la mesa redonda. La tierra mítica de Avalon, las batallas por encontrar el Santo Grial, el mago Merlín y el todo poderoso rey Arturo siguen llenando nuestro imaginario.
Pero hay una mujer que destaca en esta historia. Tan poderosa que se enfrentó con Merlín, el mejor hechicero de la antigüedad. Y rivalizó con Arturo, a quien llegó a desafiar y a quien, finalmente, vela en su sueño en espera de que llegue el momento para resucitarlo.
Morgan Le Fay (también conocido como Morgaine le Fey, Morgane, Morgain, Morgana, Fata Morgana y otras variantes) es este personaje que ha sido considerada como la hechicera más poderosa del mundo occidental. Así como tiene varios nombres también su origen tiene varias fuentes: media hermana del rey Arturo, aprendiz de Merlín, capaz de convertirse en cualquier animal, persuadir a los mortales mediante la telepatía, ver el futuro e incluso alterarlo, fue la perdición de muchos hombres poderosos como el mítico Arturo Pendragón.
La primera vez que la literatura menciona a Morgana es en la obra «Vita Merlini» de Geoffrey de Monmouth, escrito aproximadamente en 1150. Esta obra se centra en las aventuras de Merlín y habla de Avalon, la tierra mítica donde reinaba Arturo. Ahí se nombra a «Morgen» como la jefa de las nueve hermanas mágicas que allí habitan.
Sin embargo el cristianismo primitivo tuvo problemas con la idea de una bruja buena, por lo que con el paso del tiempo Morgana se convirtió en una hechicera cruel y vengativa, rival del rey Arturo y sobre todo de su esposa, la reina Ginebra.
En siglo XIII, en la obra francesa «Lancelot-Grail» y en obras posteriores, se menciona que el padre de Arturo mata al progenitor de Morgana, por lo que ella lo odia y trata de vengarse. Se convierte en discípula de Merlín, a quien roba sus secretos de magia.
Morgana es el símbolo de la sabiduría pagana que se enfrenta a una nueva religión, el cristianismo. Para muchos, Arturo tiene referencias mesiánicas por su origen y relación con Cristo, al ser el guardián del Santo Grial, la copa que recibió a sangre de Cristo. Por eso la pintan como la enemiga de Arturo y la conciben como vengativa.
En los primeros relatos del rey Arturo encontramos a Morgana descrita como una sanadora y posee poderes mágicos, como el cambio de forma y la capacidad de volar, pero estas cualidades no son vistas negativamente. Es un personaje positivo, una mujer educada que salva la vida de Arturo La relación entre ella, Arturo y Ginebra aún no es complicada. Ella es igual o más poderosa que los hombres de la historia, pero no es vista como una amenaza para nadie.
Con el paso del tiempo su imagen se vio más enrarecida, la convirtieron en amante de Arturo, en la madre de su único hijo, en amante de Lancelot y rival de la reina Ginebra.
Aunque no es el símbolo maligno que las obras modernas representan, Morgana se ve a sí misma como la legítima reina de los británicos, pero ella elige no ejercer sus derechos porque su reino no es de esta dimensión y su continuo estudio de la magia ocupan tanto su tiempo que se siente renuente a asumir otra responsabilidad.
Se ha comparado a Morgana Pendragón con el personaje de la bruja Melissandre de Juego de Tronos.
Al final de la historia de Arturo Morgana se redime. Salva a Arturo cuando se está muriendo y lo lleva en su último viaje a Avalon. Morgana mantendrá a Arturo bajo su protección y, cuando llegue el momento, usará sus poderes para resucitarlo.