Una escuela de medicina de Tokio ha estado cambiando durante años los puntajes de las mujeres que presentan el examen para ingresar en la carrera. Estas irregularidades salieron a relucir tras una investigación de otro caso: la universidad estaba siendo acusada de haber favorecido el ingreso al hijo de un miembro influyente del Ministerio de Educación, según el periódico Yomiuri Shimbun.
Según fuentes anónimas, la universidad comenzó a reducir los puntajes de las pruebas de ingreso de las candidatas desde 2011, después de constatar un aumento en el número de mujeres que ingresaron en 2010: 40% de los candidatos aceptados, el doble del año anterior. Desde entonces, la escuela se había esforzado por mantener el porcentaje de mujeres admitidas en 30%, con el pretexto de que los hábitos de trabajo en Japón, caracterizados por un gran número de horas de trabajo –incluso llegando hasta a la muerte y suicidio por exceso de trabajo (Karoshi) –, a menudo las llevan a dejar sus estudios y carreras cuando comienzan una familia, a pesar de que las mujeres japonesas están muy bien instruidas.
Sin embargo, según una investigación interna, este procedimiento remonta a 2006, según declaraciones de la agencia de noticias Kyodo.
Después del esclarecimiento de la situación, la universidad presentó sus disculpas, reconociendo el error públicamente, y prometió la realización y calificación de las pruebas de manera justa a partir del otoño de este año.
Por desgracia, este no es un caso aislado, ya que se han descubierto otros casos similares en diversos ámbitos e instituciones, según medios de comunicación japoneses.
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