Uno de los actos más maravillosos y felices del mundo, una costumbre para emular de los que viven en el Viejo Continente. ¿Cómo hacerlo de una manera glamourosa, divertida y cómoda, como los grandes? Aquí te decimos cómo viajar por los destinos más deseados y chics del mundo: la Riviera Turca y las islas griegas.
Entre Asia y Europa
El viaje comienza en Estambul, una de las únicas tres ciudades del mundo que se sitúan tanto en Europa como en Asia, la antigua Constantinopla en el Imperio bizantino. Una de las ciudades con más encanto y magia de todo el planeta. Repleta de sitios históricos que cualquiera tiene que visitar en esta vida, como el Aya Sofía, la Mezquita Azul y el Palacio Topkapi, así como las compras dignas de una historia de las mil y una noches en el Gran Bazaar (la joyería, tapetes, tés y especias, entre otras cosas, harán que cualquiera desee mandar a casa innumerables maletas cargadas de compras imposibles de realizar en otro lado). La realidad es que la ciudad turca es una urbe multicultural que alberga entre sus múltiples palacios y monumentos, que nos hablan de una época de poder, opulencia y grandes imperios, una intensa y glamourosa vida nocturna con una enorme oferta en restaurantes de todo tipo. Aunque ahí hay siempre que hacer y es una ciudad vibrante, la mejor época para visitarla es sin duda la de calor, pues los bares y restaurantes a la orilla del Bósforo abren sus terrazas que se llenan de vida y regalan a sus visitantes vistas extraordinarias. También se puede abordar alguno de los barcos que navegan por aquél y comer o tomar algunos tragos a bordo o esquivar el tráfico en un water taxi mientras disfrutas del panorama. Estambul es una ciudad mágica, que dejará a quien la visite con ganas de regresar; sin duda, el preámbulo perfecto para una travesía innolvidable. Ahí fue que abordamos el Silver Spirit, donde nuestro mayordomo, quien se encargaría de que estuviéramos cómodos por el resto de nuestra travesía, nos recibió para explicarnos todos los servicios de nuestra suite que contaba, además del espacioso dormitorio, con un walk in closet (¡maravilla!), un cómodo baño de mármol con tocador doble, sala, comedor y un espectacular balcón. ¿La idea de que los camarotes de los cruceros son chicos e incómodos? Ésa quedó totalmente desechada, ahí podríamos vivir una vida entera.
LA TAN EN BOGA riviera turca, con sus monta ñas rodeadas de aguas cristalinas , playas de arena blanca, maravilosa comida y sus superchic resorts.
Día 1: Navegan do la costa de Turquía
Un hermoso y soleado día navegando por la ahora tan en boga y chic Riviera Turca, por sus montañas y colinas rodeadas de aguas azules y cristalinas y gloriosas playas de arena blanca, su maravillosa comida y sus superchic resorts. Sus destinos son hoy por hoy muy codiciados y frecuentados por los ricos y famosos. El poder pasar un día admirándolas y relajándonos en nuestra embarcación fue una idea magnífica después del largo viaje. Ir al gimnasio y tomar el sol en la alberca fue nuestra elección después de pedir a nuestro mayordomo el desayuno en la suite. Sabíamos que de esta aventura todavía quedaba mucho por escribir.
Día 2: Kusa dasi, Turquía
El centro y sur del Egeo probablemente sean las zonas más populares y desarrolladas de Turquía en cuanto a turismo, y Kusadasi es el resort más desarrollado de toda la costa; el puerto, contiguo a la Ciudad Vieja, ha crecido durante los últimos 20 años y hoy está repleto de restaurantes y bares no de la mejor calidad, aunque, haciendo honor a la verdad, en sus tiendas de aspecto no lujoso se puede encontrar joyería que podría enloquecer a cualquiera a precios muy razonables. Pero la verdadera razón por la que incontables turistas vienen a este puerto, lleno de vendedores de alfombras que te persiguen ofreciéndote té y una demostración, es que es la puerta hacia algunos de los sitios históricos más importantes de Turquía, incluyendo Éfeso, los vestigios de una antigua ciudad griega, fundada en el siglo X a. C., que todos tienen que ver en esta vida. Herodoto menciona el mito de que se llamó así por una reina de las amazonas y alberga múltiples maravillas, como el templo de Artemisa, una de las siete maravillas del mundo antiguo, y la casita de María donde, de acuerdo con la leyenda, vivió y murió la madre de Jesús. La dosis necesaria e invaluable de cultura del viaje.
Día 3: Patmos, Grecia
Una parada en Grecia antes de terminar nuestro paso por la costa turca el día siguiente y en una palabra: el paraíso. Con tan sólo 34 km, esta isla reúne todo lo que podríamos desear. Popular entre los griegos que se quieren esconder de las olas de turistas que desconocen esta joya de ambiente relajado, con escondites maravillosos para pasar el día, playas de ensueño a las que llegan yates espectaculares y superchic y pequeños restaurantes y bares para visitar cuando cae el sol. Situada entre las islas de Kalymnos, Leros y Kos, este sueño es ideal para recorrerse en vespa. ¿Lo absolutamente imperdible? Pasar un día en la playa Gyros y comer ahí mucha, pero mucha comida griega en alguno de sus chiringuitos. Algo que seguramente quedará por siempre en la mente de quien lo haga.
Día 4: Marmaris, Turquía
De regreso a la costa turca, por última vez antes de adentrarnos en las islas griegas, ésas que proveen una fascinante mezcla entre individuos mitológicos, eventos históricos y tan frecuentemente referida en el folclor de tantas culturas a través de la historia, hogar de filósofos, santos, guerreros, reyes, héroes y mitos. Tan bella que se dice que Marco Antonio la escogió como el más bello regalo posible de bodas para su amada Cleopatra. Dentro de ella está Marmaris, en el lugar de encuentro del Mediterráneo con el mar Egeo, uno de los principales destinos turísticos de Turquía. Está rodeado al norte por el golfo de Gokova, al sur el Mediterráneo, al oeste la península Datca y al este el lago Koycegiz.
Ahí la elección lógica la da la naturaleza, definitivamente hay que pasar el día gozando del sol, comiendo pescado fresco o disfrutando de actividades acuáticas, como el buceo. ¿Nuestra elección y una gran recomendación? El D hotel Maris, enorme y paradisiaco, situado en la cima de una montaña en la península Datca, de gran extensión, el retiro perfecto para olvidarse de todo y disfrutar de la vida. Sin duda, una prueba del alto estándar del turismo turco.
Día 5: Mykonos, Grecia ¡Y llegamos a las islas Cícladas! Pero más que nada, arribar a estas islas es llegar a la fiesta y a uno de los lugares más divertidos del planeta. No aptas para los que quieren paz y quietud, con el sol llegan multitudes con ganas de festejar la vida entre los que se cuentan ricos, famosos e incluso miembros de la realeza. No es raro que personalidades como Olivia Palermo, las Kardashian, Alessandra Ambrosio, Bar Rafaeli, Uma Thurman y diseñadores como Oliver Rousteing, Valentino, los gemelos de Dsquared, entre muchos otros, sean vistos ahí. Nuestra natural elección fue pasar el día (que se convirtió en bien entrada la noche) en el mítico club de playa Nammos, un lugar que nos da todas las imágenes que un lugar de fiesta total nos podría dar: gente hermosa bailando sobre las mesas, atuendos playeros geniales, botellas de champán que se suceden una a otra sin parar y famosos que se divierten y mezclan entren los asistentes sin reparos. Y es que a Mykonos uno no viene a descansar
Día 6: Santorini, Grecia
Cada rincón de esta famosísima isla es digno de una postal. Es verdad, es muy turística, pero hay una razón para ello, es indudablemente una de las islas más bellas del Egeo y, probablemente, del mundo. Una parada obligada en un viaje de este tipo, así como lo es ver uno de los más fascinantes atardeceres que puedan existir en una terraza de Oía, ésa de las cúpulas azules, los muchos gatos y los donkey taxis para subir sus innumerables escaleras, de preferencia tomando una Mythos, la cerveza más popular en Grecia, y comiendo un buen plato de Moussaka. Desde que se arriba al puerto en Fira, con todas sus tiendas, en las que con buen ojo se pueden encontrar innumerables tesoros, como vestidos blancos, cojines bordados y joyería que será tema de conversación, se sabe que se ha llegado a un lugar especial, uno con innumerables subidas y bajadas y que es hogar de un volcán todavía activo. Qué importan las oleadas de turistas, las vistas nos quitan el aliento y nos hacen olvidar todo y guardar para siempre estas imágenes de ensueño; a esta isla uno viene a ver y dejarse llevar por su magia.
Día 7: Atenas, Grecia
Nuestro recorrido en el Silver Spirit llega a su término, con el final de la comodidad de encontrar a diario nuestra ropa lavada y planchada, contar con un concierge que se encargue de nuestros problemas, tener que tomar la difícil decisión de si hoy cenaremos langosta, la pesca del día, filete wagyou, una deliciosa pasta o si queremos que el mayordomo nos lleve un helado light a nuestro cuarto. Llegamos a la gran Atenas con la acrópolis dominando una ciudad llena de vida desde las alturas y a la cual no es nada difícil acceder, pues se encuentra enclavada en la ciudad. Tesoros y cultura en un lugar con mucho encanto, con plazas llenas de gente comiendo, tomando café, platicando, porque vaya que a los griegos les gusta salir y festejar la vida. Nadie se pierde el cambio de guardia ni una salida a los un poco más lejanos clubes cercanos a la playa llenos de gente guapa que se arregla para salir. Patrimonio de la humanidad, amabilidad y diversión absoluta nos regala la capital griega para culminar nuestro viaje. Quisiéramos que el verano jamás terminara, pero la buena noticia es que éste renace y nos brinda nuevas oportunidades año tras año. Que viva por siempre el veraneo.