Con tan sólo 16 años, Greta ha sido nominada al Premio Nobel de la Paz por su activismo medioambiental.
Su postura sobre el cambio climático ha quedado clara y no planea parar de advertir sobre la necesidad de reducir el impacto contra el medio ambiente que generan las grandes industrias.
Fue así que inició una huelga sola frente al Parlamento sueco, exigiendo que se respetaran los acuerdos de París y culminando con una huelga mundial donde cientos de jóvenes se unieron a la causa.

La joven sueca ha adquirido tal popularidad, que sus palabras se han escuchado en foros de la ONU y Davos.
La adolescente, diagnosticada con síndrome de Asperger, se ha convertido en una de las activistas más influyentes del mundo.
Activista de corazón
La joven también se ha hecho mediática por su llamamiento a una «huelga mundial» de estudiantes los viernes para pedir que se tomen más medidas para luchar contra el cambio climático.
«Estamos faltando al colegio porque hemos hecho nuestros deberes», dijo recientemente la joven en un acto público en Bruselas para justificar su acción.