Saber dos o más lenguas puede ser la clave para hacer la diferencia en cualquier trabajo o la llave para el cambio que tanto has deseado (se los digo por experiencia).
¿Pero sabían que si bien es importante ser por lo menos bilingüe –aunque yo diría incluso ser trilingüe, tomando en cuenta el mundo en el que vivimos–, no es necesario aprender perfectamente otras lenguas, sino que es igualmente útil tan solo conocer ciertos aspectos de estas? Esto se debe a que a través del simple conocimiento de otras lenguas, sobre todo aquellas que son diferentes, desarrollamos estrategias para la vida diaria: de deducción, comunicación y de relación de similitudes lexicales y de funcionamientos sintácticos, así como una plasticidad del cerebro para aprender y comprender mejor otras cosa, como por ejemplo las (temidas) matemáticas. Esto es lo que demuestran los estudios de la neuropsicóloga Natalie Phillips, de la Universidad Concordia de Montreal, además del desarrollo de la creatividad, flexibilidad y memoria de trabajo, entre muchas otras cosas.
La conciencia lingüística desarrolla las habilidades cognitivas, la observación y el razonamiento, y contribuye a una mayor apertura a lo desconocido y desarrolla un mayor interés en la diversidad; una sensibilidad y respeto por la naturaleza de otros idiomas y sus culturas.
Bueno para tu mente
Por si fuera poco, conocer muchas lenguas ayuda a prevenir y retardar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Según investigaciones de la Universidad de Toronto, los síntomas de Alzheimer ocurren en promedio cuatro años más tarde entre los bilingües.
Natalie Phillips explica que la memorización y el bilingüismo implican redes de control cognitivo, por ejemplo, para gestionar conflictos. Como resultado, hablar varios idiomas fortalece estas redes. Las áreas del cerebro involucradas en el control cognitivo y del lenguaje son, en promedio, más gruesas entre los bilingües, y está comprobado que entre mayor sea el grosor mejor es la memorización de la nueva información. Por tanto, gracias a este fortalecimiento el cerebro puede compensar la degradación de las áreas de memoria mediante diversas estrategias.
Tips para aprender con facilidad
Cualquier aprendizaje aburrido y sin una base práctica tiene vocación de fracasar; hacerla una actividad divertida es la clave para aprender de manera rápida y fácil. Por eso, en el idioma que estás aprendiendo te recomendamos:
• Escribir un diario.
• Hablar contigo mism@.
• Ver series y películas en su versión original. Deja de lado los subtítulos, que sólo refuerzan el mal hábito de la traducción y te distraen de la comprensión real. Empieza con series o películas que ya conozcas.
• Dejar del lado el diccionario bilingüe, mejor opta por uno monolingüe.
• Reunirte con otras personas que también estén aprendiendo o con aquellas que ya hablan y tómense un café, platicando en la lengua objetivo (necesidad real de comunicación).
• Leer libros, revistas, cómics y periódicos.
• Configurar tu teléfono, apps o redes sociales: tendrás una necesidad real para entender.
• Formar parte de las actividades de la comunidad de esa lengua en tu ciudad. Tendrás más oportunidades de escucharla, de encontrar materiales, conocer gente nueva y aprender de la cultura y tradiciones. Recuerda que aprender una lengua es aprender una cultura.
Siguiendo estos tips practicarás, enriquecerás tu vocabulario y estructuras lingüísticas, al tener contacto con textos y registros auténticos, así como desarrollaras diversas habilidades y estrategias, todo esto divirtiéndote y aprendiendo sin darte cuenta. Recuerda que “la práctica hace al maestro” y que no tienes que entender absolutamente todo o saber cada palabra: utiliza los conocimientos que ya tienes y si no sabes cómo decir tal o cual cosa busca otras maneras de expresar tu idea.