No permitas que las palomitas azules que confirman que el mensaje se ha leído sean una amenaza para tu relación.
Desde que WhatsApp creó una función que avisa cuando el mensaje enviado ha sido leído, muchos nos hemos enfrentado a la ansiedad que causa a) el saber que alguien te leyó y no te responde y b) el ser "vigilados" cuando no contestamos los mensajes.
Así, de acuerdo a la empresa Cyber Psychology and Behaviour Journal, de los 300 millones de usuarios de WhatsApp, aproximadamente 28 millones afirman que esta app ha sido uno de los factores cruciales por los que terminaron su relación.
Y es que, no podemos negar que esas palomitas azules sin respuesta inmediata generan un estado de ansiedad e incluso, paranoia.Pensamientos como: "¿estará con otra?", "¿se molestaría conmigo?" o "seguramente ya no me ama" invaden nuestras mentes y nublan nuestra razón.
Así, Whatsapp se ha convertido en un arma verdaderamente peligrosa, pues te dice, al segundo, cuando tu remitente ha leído lo que le has escrito.
En pocas palabras:
1 Palomita – tu mensaje ha sido enviado
2 Palomitas – tu mensaje ha sido recibido
2 Palomitas azules – tu mensaje ha sido leído
¿Aterrador, no crees?
No dejes que tus palabras sean tu condena y que su silencio sea el detonador de una ruptura. Evita malos entendidos y toma nota de estos sencillos consejos para que WhatsApp no destruya tu relación.
1. No mensajear bajo la influencia de alcohol. Además de la resaca, el remordimiento no te dejará en paz.
2. Sé oportuna. Si sabes que está ocupado en una junta, trata de no buscarlo. De igual manera, no le escribas muy temprano o muy en la noche. Lo más seguro es que olvide responderte.
3. A veces es mejor marcar. Si están enfrentando una situación complicada o están peleando, lo mejor es hablar por teléfono. Los mensajes pueden ser ambiguos y pueden surgir malos entendidos.
4. No seas intensa. Se sentirá invadido y podrá molestarse. Si no te contesta de inmediato, seguramente tendrá una respuesta (lógica) para explicártelo.
Crédito de fotos: Getty Images y Cortesía de la distribuidora