Ubicada al noroeste del país, Oporto es la segunda ciudad más grande después de Lisboa. Capital de la región del Norte y conocida sobre todo por su famoso vino: Vino de Oporto (muy dulce y con un mayor porcentaje de alcohol). Lo que pocos saben es que también es una ciudad portuaria llena de cultura, historia y muchos lugares para comer ¡como reyes!
– Por desgracia, en mi caso, no pude realizar muchas visitas culturales, ya que mi estancia en Oporto era por trabajo y no por descanso. Yo regresaría a Oporto no sólo para poder (por fin) visitar con calma todo lo que ofrece –como el “Castelo do Queijo”, que está a la orilla de la playa y que además no me quedaba tan lejos…– sino (y sobretodo) ¡por la comida! Si bien no tenía mucho tiempo para pasear, comer era algo que de todas formas tenía que hacer.-.
PARA DEJARTE IR
Todo, absolutamente todo, es exquisito en Oporto, desde los restaurantes, pasando por los bien conocidos fast-food y las típicas fonditas, hasta los productos que se pueden comprar y cocinar en casa. La carne de todo tipo es de una calidad inigualable –nada grasosa, fresca, tierna y jugosa– y, cuando te la sirven, no viene en la típica porción de mirruña, pues ésta es (por lo general) el elemento principal del platillo.
– Todo te lo sirven súper bien en todos lados, ¡hasta el helado! Si decides refrescarte con uno, te recomiendo comprar el tamaño para niño (2 Euros por un helado cremoso de fresa en Olá: Holanda en México), porque el tamaño pequeño para adulto está ¡enorme!, al menos para mí así fue. Además, le puedes poner lo que quieras, hasta 4 complementos –yo le ponía monedas de chocolate negro, láminas de chocolate de leche, chocolate líquido y pedacitos de brownie: ¡el alucine completo!–.
No te puedes perder el restaurante “A Pasta”, sumamente rico, variado y de buen precio. Existen fórmulas de medio día que incluyen sopa –toda comida portuguesa tiene sopa–, plato fuerte (enorme) y café (expreso riquísimo), por tan solo 6 Euros.
La “alheira” o mejor aún ¡la pizza de alheira!, que es una salchicha pero sin ser embutido en sí. Es un conjunto de carne de aves deshebrada con especias que dan el sabor de salchicha de cerdo, sin serlo. Según dicen, ésta fue invención de los “nuevos cristianos”, quienes la crearon para demostrar que ya no seguían la ley judía que prohíbe el cerdo.–.
- Dirección: Rua da Boavista 656, 4050-081 Oporto.
- com/APastaBoavista
– Otro imperdible, aunque sea fast-food, es “H3 New Hamburgology”. Una cadena de comida rápida brasileña de hamburguesas reinventadas. Digamos que son hamburguesas (sin pan) estilo gourmet y mucho más sanas y abundantes: 200 g de carne pura de res acompañada con diversas salsas y legumbres, teniendo como complemento la opción de arroz o papas naturales. A pesar de ser “hamburguesas” gourmet no son muy caras (a partir de 6.75 Euros); cada menú lleva su bebida y las porciones son ¡gigantes!
¿Mi recomendación? La “Benedict”: 200 gramos de carne de res con un huevo poché encima, ambos sobre una cama de espinacas y cubiertos de salsa holandesa. Yo la comía con arroz. ¡Delicioso!
– Si buscas un lugar tradicional y culto, ve al “Majestic Café”: un icónico café histórico sumamente bonito, de estilo Art Nouveau, donde se cruzan personalidades de la escena cultural y artística de la ciudad.
De ahí, pídete un pastel de nata (“pastéi de nata”) o una “francesinha”, para que descubras las delicias de la cocina típica portuguesa (prever 20 Euros por persona).
- Dirección: Rua Santa Catarina 112, 4000-442 Oporto.
- com/MajesticCafePorto
– Como dato curioso, de acuerdo con la biografía de J. K. Rowling, escrita por Sean Smith, la escritora paso mucho tiempo en este café (al igual que en la librería “Lello e Irmão”) mientras que vivió en Oporto (1991-1993), donde trabajó parte de su primer libro: “Harry Potter y la Piedra Filosofal”. En la misma línea de lugares hermosos, no se pueden perder la inigualable librería “Lello e Irmão”, reconocida como una de las más bellas del mundo, y de paso comprar un libro.
- Dirección: Rua das Carmelitas 144, 4050-161 Oporto
- com/LivrariaLello
MUÉVETE CON CONFIANZA
En definitiva no sufrirás de hambre en Oporto, pero ¡no te preocupes por engordar! Por experiencia, te puedo decir que, después de mi estancia, no subí ni un gramo, al contrario bajé casi dos kilos; esto gracias a todo el ejercicio que realicé, a pesar que me di vuelo con la comida. Sigue leyendo para saber a qué me refiero…
–Oporto es una ciudad de colinas, en la cual, si bien tiene un excelentísimo sistema de transporte (metro, bus, teleférico), sumamente puntal, limpio, seguro y de precio razonable, es inevitable no perderse en sus pintorescas calles, además de que todo está relativamente cerca (comparando con CDMX). Por ello, quieras o no, haces mucho ejercicio (práctico) sin darte cuenta.
Recorre todo Oporto, pero, sobre todo, “A Ribeira”. Una de las caminatas que más amé fue a lo largo del imponente río Douro (río Duero, en español), en “La Ribeira”. El río se puede atravesar a pie por el “Pont Dom-Luis”, que lleva a la zona de cavas (que se pueden visitar) de Vila Nova de Gaia (ciudad vecina al otro lado del Douro). ¡Qué no se te olviden! Ropa y zapatos cómodos, porque es mucha caminata de subida y bajada.
PARA QUE NO TE AGARREN DE BAJADA
– Si tomas autobús no olvides sentarte; sonará ridículo, pero en ciertas partes de la ciudad (el centro sobretodo) las colinas tienen pendientes pronunciadas, lo que convierte la experiencia en el bus en una semejante a la de una montaña rusa, por lo que es más seguro sentarse, así sea por solo un par de estaciones.
– No te preocupes si las lenguas no son lo tuyo, pues el español y el portugués son prácticamente transparentes en ambos sentidos. Esto sin mencionar que los portugueses, en general, son políglotas: el portugués y el inglés son de rigor –a los portugueses no les gustan los doblajes en portugués de Brasil, así que están acostumbrados a que la televisión y cine estén mayoritariamente en inglés– siendo el francés y el español comunes, así sea de a medias tintas.
– Si deseas comprar algunos souvenirs –Portugal es famoso por sus productos de corcho, azulejos y por el Gallo de Barcelos– encontrarás diversas tiendas dedicadas a esto a la orilla del río, pegado a este puente del lado de Oporto. También, podrás encontrar otras en la calle peatonal –y sumamente comercial– de “Santa Catarina”, pero normalmente ahí son más caras.
– La mayoría de los restaurantes y comercios no aceptan tarjeas de débito o crédito extranjeras (ni siquiera del resto de la Unión Europea) –incluyendo McDonald’s–, debido a que Portugal tiene un sistema bancario un tanto particular… sin embargo, existen diversos cajeros automáticos en toda la ciudad.
– Considera que la mejor época para visitar Oporto es a partir de abril-mayo, hasta finales de octubre, ya que posteriormente se desatan lluvias con vientos de miedo, de esas que el paraguas sólo te sirve como escudo para que no te mojes la cara, porque de lo demás terminas escurriendo. Pero, sin lugar a duda regresarás ¡más que satisfecho!