El cannabis no es solamente un ingrediente farmacéutico, ya que de su planta se pueden extraer varios compuestos químicos llamados cannabinoides. Aunque el más conocido es el THC, la sustancia psicotrópica –e ilegal– de la marihuana que se fuma o se ingiere y produce el famoso high, existen otros más con miles de beneficios (los cuales no tendrás que fumar).
RELACIÓN BIOLÓGICA

Aunque no lo creas, el ser humano por naturaleza tiene cualidades afines al cannabis, ya que dispone de muchos receptores de cannabinoides naturales tanto en el cerebro como en el cuerpo, y este último produce cannabinoides endógenos que forman el sistema endocannabinoide (un sistema de comunicación intercelular). Este sistema se encuentra relacionado con todo lo que pasa en tu cuerpo y mente, desde el dolor hasta el hambre, la sed, etcétera. y puede ser estimulado tanto por los cannabinoides naturales producidos por el cuerpo como por los encontrados en la planta.
90’S BABY

El cáñamo ha sido usado para el cuidado de la piel desde finales de los años 90 y se reconoció con el lanzamiento de la línea Hemp, creada por Anita Roddick –la fundadora de The Body Shop–. Hasta el día de hoy, este ingrediente continúa siendo la manera más común de utilizar cannabis, ya que el aceite extraído de las semillas del cáñamo es rico en Omega 3, 6 y 9, así como en ácidos grasos que protegen e hidratan la piel, además no es comedogénico, por lo que no produce imperfecciones ni obstruye los poros de la piel.
SUPERPODEROSO

Otro ingrediente extraído de la planta de cannabis –específicamente de sus ores, hojas y tallos– es el aceite de CBD (cannabidiol). Éste ayuda al insomnio, ansiedad, náuseas y dolor, y posee grandes propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, por lo que es bueno para reducir y mejorar líneas de expresión y proteger y reparar la piel, además de tratar varios tipos de enrojecimientos, como salpullidos, psoriasis, eczema, e incluso el acné.