Identifica estas 6 señales y descubre si tienes un mal jefe.
Es normal y natural que la relación entre un jefe y sus empleados pueda generar pequeñas fricciones o discusiones que terminan por resolverse. Pero tener un mal jefe es una experiencia totalmente diferente que puede afectar el desempeño laboral pues genera frustración, poca motivación y miedo.
Identifica si te estás enfrentando a un mal jefe con estas 6 pistas. De serlo, consulta nuestros breves tips para sobrellevarlo.
That’s all!
1. El complejo de superioridad.
Se trata de jefes que ven a sus empledados como inferiores y con menores capacidades. Suelen dañar el autoestima y hacer comentarios hirientes y despectivos a todas las personas. Desde sus empleados, hasta meseros.
2. Falta de respeto.
Son aquellos superiores cuyos comportamientos no son profesionales, tales como no contestar correos electrónicos, comenzar entrevistas tarde, insultar a sus ‘inferiores’, etc. Además, son personas que no tienen las palabras ‘disculpa‘ o ‘perdón’ en su vocabulario.
3. Nervios al extremo.
Existen jefes que no logran controlar el estrés laboral y contagian sus nervios a todo su equipo. Suelen comer rápido y hablar demasiado deprisa y repiten palabras como ?bien, bien, bien? o ?cuándo, cuándo, cuándo?. De igual manera, son personas que no escuchan los consejos de los demás.
4. Motiva a través del miedo.
La mayor parte de los trabajadores que no se sienten motivados, pierden interés y no tienen compromiso con el trabajo. Un mal jefe utiliza métodos negativos de estimulación, como amenazas, humillaciones en público y comentarios sobre futuros despidos.
5. Poca confianza.
Es una consecuencia directa de el complejo de superioridad, pues creen que los demás no son aptos para hacer el trabajo correctamente.
6. No pide retroalimentación.
Es un tipo de jefe que piensa que todo lo hace bien y que no necesita opiniones ajenas a las de él. En momentos de crisis, acostumbran actuar impulsivamente y no se fija en las consecuencias de sus acciones.
¿Qué hacer si tienes un mal jefe?
1. Elabora informes regulares con tu jefe sobre tu progreso y pendientes y pide retroalimentación.
2. Identifica si tu jefe es verdaderamente el problema.
3. Trabaja para tu jefe y no en su contra.
4. Si las cosas no mejoran, considera hablar con un supervisor de confianza.
5. Si las medidas anteriores no lo conducen a un buen resultado, considera seriamente pedir un cambio de área o de empresa.