Estos consejos ayudarán a que tus básicos se mantengan en buenas condiciones.
1. Opta por los ganchos de madera. Evita que tu ropa se quede marcada y utliza ganchos de este tipo. Tus prendas se adaptarán y no perderán su forma.
2. Lava tus jeans volteados. De esta manera, tus pantalones se salvarán de la decoloración. También prolongarás su vida pues el roce con la lavadora no es directo.
3. Agrega una pizca de sal a la máquina de lavar. Debido a sus propiedades químicas, la sal se ha utilizado como conservante desde hace miles de años. No decolora la ropa, no mancha y no daña la tela.
4. No más pelusa: Separa las prendas que, por su textura, suelten pelusa guardándolas en bolsas comprimidas y así, evitarás que dejen rastro en el resto de tus prendas.
5. Cierra los zippers. Asegúrate de que las braguetas de tu ropa estén cerradas antes de lavarla para que no se rompa con el movimiento constante de la lavadora.
6. Conserva la forma de los zapatos. Introduce trozos de papel de baño en tu calzado hasta que esté completamente relleno. Tus zapatos ya no se deformarán.
7. Todos los botones en su lugar. Refuérzalos con un poco de esmalte de uñas transparente. Este truco te ayudará a que el hilo se pegue al botón.
8. Cuelga los calcetines y las medias. Para evitar el daño que la máquina de secado rápido provoca en la ropa, es preferible utilizar unas pinzas y un tendededro para colocar este tipo de prendas y esperar a que se sequen al aire libre.
9. Separa tu ropa íntima. Guarda tu ropa interior en bolsas especiales para meterla en la lavadora. Otra opción es utilizar fundas de almohadas. Recuerda que estas prendas son delicadas y pueden rasgarse fácilmente.
10. Elimina los olores. Rocía un poco vodka en la ropa entre cada lavada. Las propiedades de esta bebida matan las bacterias que producen los malos olores.
11. Calcula el número de lavadas. Lavar tu ropa después de cada uso la desgasta y maltrata. Trata de portarla dos o tres veces antes de meterla a la máquina de lavado.
12. Congela tus medias nuevas. En cuanto las adquieras, asegúrate de mojarlas y dejar que el agua escurra con cuidado. Introdúcelas en una bolsa de plástico y cólocalas dentro del congelador durante 24 horas. Para finalizar el proceso, descongélalas con agua tibia. Este tip es ideal para que no se rasguen fácilmente.
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